ESTADO DE DELIRIO
Según Muñoz Molina la política española sufre el mal de los delirios de grandeza de sus líderes. Sé que querer contestar a un escritor y académico es una osadía propia, tal vez, del que sufre, igualmente, de delirios de grandeza. Pido disculpas por ello. Sentirse de izquierdas porque uno se rebela contra el poder es loable y sincero, sentirse más de izquierdas que aquél que se coloca detrás del Presidente en posición marcial(supongo que Suso de Toro) dedicando en un artículo extenso tres líneas a la crítica de Aznar y otras tres a la del PP, cebándose, sí cebándose, en el resto del texto con los nacionalismos periféricos, con el actual Presidente del Gobierno, con Suso de Toro (al cual, también su santa esposa le ha dedicado algún que otro artículo) y con toda persona que no defienda la Constitución del 78 o no se tenga porqué sentir tan orgulloso de ser español, digo, sentirse más de izquierdas por esto, ya es un poco más cuestionable. Parece además como si los únicos delirantes sean los políticos. Como siempre la clase intelectual, y entre ellos, la periodística queda a salvo de toda crítica. Ellos, los intelectuales, no tienen delirios, no están "endiosados", no comentan los exabruptos de los demás, pueden decir cualquier clase de dicterios a los que habrá que contestar: "te alabamos señor". Empiezo a estar harto, no de la clase política, sino de la clase intelectual (en ella incluyo al periodismo).