Viniendo esta aseveración del máximo exponente de la "nueva-intelectualidad" no cabe sino reflexionar sobre el axioma.
Habría que preguntarse primero quién pretende amedrentar a personas que tienen ya el título de víctima del terrorismo, quiere esto decir que todo lo que venga detrás es pura anécdota. Quién pretende amedrentar a quien ha llevado a todo un país a una guerra que no estaba justificada, a quien delante de los representantes del pueblo pidió que confiaran en su palabra de honor. Quién pretende amedrentar a quien presentó la autoría de una matanza como fechoría de unos y resultó ser de otros. Quién pretende amedrentar a quien prometió limpiar la nación de corruptos y se cargó vía financiación la Fiscalía Anticorrupción. Si alguien pretende amedrentar a aquél que ya no busca el poder sino dar coferencias, impartir clases, escribir, leer, aprender idiomas... pierde el tiempo. Nadie lo va a amedrentar porque su superioridad moral, su superioridad intelectual es el telón de acero que lo librará de los malvados. Desistan, nadie puede amedrentarlos.
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